Los cambios en los límites de velocidad en las carreteras españolas entrarán en vigor hasta la primavera, entre febrero y marzo de 2019. Un real decreto modificará las leyes generales de circulación (artículo 48) y establecerá un cuadro de velocidades máximas para las carreteras más simplificado. Por tanto, en vías regulares, el límite de velocidad será de 90 km/h (coches, motos y autobuses) y de 80 km/h (resto de vehículos); por su parte, en autovías y autovías habrá tres restricciones: coches y motos coches ( 120 km/h), camiones y furgonetas (90 km/h) y todos los demás vehículos, incluidos los autobuses (100 km/h). Como excepción, los propietarios de carreteras pueden establecer un límite de velocidad máxima de 100 km/h para turismos y motocicletas en carreteras convencionales donde los dos sentidos de circulación están separados físicamente. Asimismo, las autocaravanas tendrán un límite de velocidad en función de su masa máxima autorizada, y los turismos con remolque, autobuses escolares y vehículos de menores o mercancías peligrosas seguirán circulando a una velocidad de 10 km/h por debajo del límite anterior. Aumento del límite de velocidad máxima de 30 km/h en carreteras sin asfaltar.
Cuál es la velocidad segura para conducir un vehículo
El motivo de esta medida es la estimación internacional de que la reducción de la velocidad en vías regulares es la clave para controlar la siniestralidad. Según un informe de impacto anterior elaborado por el Observatorio de Seguridad Vial de la DGT, la normativa «reducirá en un 10 por ciento el número de víctimas mortales en estas vías». «Pequeños cambios en la velocidad significan grandes beneficios en términos de seguridad», dijo Álvaro Gómez, director del observatorio. Algunos datos apoyan esta visión: en vías convencionales -77% de las víctimas mortales en accidentes de tráfico interurbano- se produce el 75% de los accidentes con víctimas, y la velocidad insuficiente es una causa concurrente del 20% de los accidentes. ellos mismos (la cifra se eleva al 37% de accidentes mortales en vías interurbanas).
Así, de las 1.321 víctimas mortales en vías interurbanas en 2017, 1.013 se produjeron en vías convencionales, “una proporción que ha oscilado entre el 76-80% en la última década”, observa el Observatorio de Seguridad Vial y así lo confirma un informe de la Dirección General de Transportes (DGT) Movilidad. 400 de ellos fueron asesinados por velocidad inapropiada. Hay 367 salidas para un solo vehículo fuera de la autopista, la mitad de las cuales están acelerando. Además, las carreteras convencionales tienen una tasa de mortalidad (muertes por cada 100 accidentados) de 2,7, casi el doble que las autovías y autopistas.
A mayor velocidad, menos accidentes
“La velocidad tiene un impacto directo en la frecuencia y gravedad de los accidentes”, Señale el informe de 2018 «Velocidad y riesgo de accidentes» de la OCDE y el Foro Internacional de Transporte (ITF).El informe recordó que «A medida que aumentan las velocidades de viaje, el número y la gravedad de los accidentes aumentan desproporcionadamente» Y confirmó que reducir la velocidad media en vías interurbanas en 5 km/h puede reducir los accidentes mortales en un 28%. Por ejemplo, según el modelo de Nielsen generalmente aceptado, un aumento del 1 % en la velocidad media da como resultado un aumento del 2 % en accidentes de víctimas, un aumento del 3 % en accidentes graves y un aumento del 4 % en muertes. Accidente fatal.
Los estudios de la OCDE y la ITF concluyeron que «las carreteras y los límites de velocidad deben diseñarse teniendo en cuenta las fuerzas que el cuerpo humano puede soportar y sobrevivir» y recomendaron que se califique como razonable un límite de velocidad de 30 km/h “En todos los espacios donde vehículos a motor y usuarios vulnerables compartan el mismo espacio” (zonas residenciales, zonas de obras…); en intersecciones y zonas con alto riesgo de colisión lateral, recomienda 50 km/h, y en vías sin divisiones, para reducir el riesgo de colisión frontal, 70 km/h.
También para la Comisión Europea (CE), la velocidad juega un papel determinante en el 30% de los accidentes mortales, destacando que el exceso de velocidad aumenta el riesgo de accidentes y la probabilidad de lesiones graves o la muerte. “La velocidad es clave en la siniestralidad”, concluye el experto en seguridad de la CE Peter Broertjers. Según Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, “Reducir la velocidad es una de las medidas más eficaces para prevenir accidentes de tráfico”.
Como se señala en el informe citado por el Observatorio de Seguridad Vial, “La velocidad juega un papel fundamental en el tipo de accidente mortal más habitual en las vías convencionales, la salida de la calzada”De hecho, según su director Álvaro Gómez, «El 36% de las muertes regulares en carretera en 2017 estuvieron relacionadas con salirse de la carretera, y una de cada dos estuvo relacionada con la velocidad».
Más recientemente, Hungría y Suecia han reducido temporalmente los límites de velocidad en las autopistas. En el país nórdico, la velocidad en las carreteras se redujo de 90 km/h a 80 km/h, y las muertes se redujeron en un 41 %.
La velocidad correcta no es siempre la velocidad marcada por las señales de límite vial y constituye la velocidad legal, ni siquiera la velocidad recomendada, también marcada en la señal vertical (S-7), sino un nuevo concepto de velocidad que avanza: la velocidad Seguridad – esto llama la responsabilidad de cada conductor.Hemos intentado explicar estos conceptos en la siguiente infografía
velocidad máxima legal
velocidad de avance
Relación
velocidad recomendada
exceso de velocidad
reducción anormal
velocidad segura
¿Qué es la velocidad segura? Una velocidad segura es una velocidad que asegura que la probabilidad de lesiones a los involucrados no exceda un cierto umbral en caso de accidente. Así: 30 km/h (en zonas donde conviven personas vulnerables), 50 km/h (en vías con intersecciones) y 70 km/h (en vías con riesgo de colisión frontal) son «velocidades seguras». Además, cada conductor debe conducir por debajo del límite de velocidad, teniendo en cuenta sus capacidades y capacidades psicofisiológicas, el estado del vehículo, las condiciones de la carretera y meteorológicas, que le permitan frenar, girar, adelantar… en definitiva, para que haya tiempo y espacio suficientes. para evitar accidentes, o suerte. De hecho, los organismos internacionales más representativos en el ámbito de la seguridad vial defienden la aplicación del principio de “sistema seguro”. Esto significa pasar de un escenario donde los límites de velocidad son un equilibrio entre la necesidad de movilidad y la seguridad, a uno donde la seguridad es el requisito básico y otros elementos se subordinan a ella. El sistema intenta minimizar el impacto negativo de un posible accidente limitando las velocidades seguras.
Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomiendan limitar el límite de velocidad en vías interurbanas a 70 km/h sin separación direccional.